Black Dog

狗阵 Gǒu zhèn

Guan Hu, 2024


¿De qué va?

Ambientada en 2008, justo antes de las Olimpiadas de Pekín, la película sigue a Lang, un exconvicto que regresa a su pueblo al borde del desierto de Gobi. En plena campaña oficial para erradicar perros callejeros, encuentra en un delgado perro negro, sospechoso de portar la rabia, un inesperado compañero. Su viaje entre soledad, redención y vínculo animal revela el alma de una China olvidada, atrapada entre el polvo del desierto y el brillo olímpico.

Por qué verla

  • La película es un retrato poético de la redención: el vínculo entre Lang y el perro es la metáfora perfecta de la compasión y la reconstrucción emocional.

  • Cine emocional y visual: Guan Hu apuesta en esta película por planos largos, narrativa contenida y una atmósfera minimalista que combina western, drama social y toques de humor negro.

  • La película está ambientada en un momento crucial: los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 representan la cara oficial del progreso chino, pero Black Dog muestra el reverso: la desolación, el abandono y la soledad en la periferia del país, donde la gloria nacional es solo un eco lejano.

Surtsey Films

Saber más sobre la película

Guan Hu, miembro destacado de la Sexta Generación del cine chino, regresó con este film introspectivo tras su épico éxito militar Los 800, película que evoca la guerra chino-japonesa y la victoria del ejército popular chino, recaudó más de 425 millones de dólares y se convirtió en uno de los mayores éxitos del cine chino de todos los tiempos.

En Black Dog Guan Hu muestra una vertiente diferente, íntima y simbólica, y que él mismo describía como “cine de autor” en una entrevista. Este cambio fue posible gracias al éxito previo y a su independencia creativa con su productora propia (Seventh Art Pictures, fundada con su esposa Liang Jing).

(c)The Seventh Art Pictures

La película cuenta con la participación de Eddie Peng en el papel principal, además de la presencia del reconocido cineasta Jia Zhangke en un pequeño papel.

El rodaje se realizó en Gansu, bajo condiciones extremas de frío y arena del Gobi. El equipo priorizó tomas con animales reales y uso mínimo de efectos digitales, contando con más de 30 entrenadores de perros en el set de rodaje.

Aunque en China la película recibió una acogida moderada, fue en el exterior donde recibió buenas críticas, llegando a recibir el Gran Premio en la sección Un Certain Regard en el Festival de Cannes de 2024.


Para conocer más

En la película, el desierto de Gobi es más que un elemento clave. El desierto de Gobi (戈壁滩, Gēbì tān) es uno de los desiertos más grandes del mundo, y el más extenso de Asia. Se extiende entre el norte de China y el sur de Mongolia, ocupando partes de cinco provincias chinas (entre ellas Gansu y Mongolia Interior, donde se rodó Black Dog). A diferencia del típico desierto de dunas, el Gobi es más bien un páramo pedregoso y ventoso, con temperaturas extremas que oscilan entre -40 °C en invierno y más de 40 °C en verano.

Históricamente, el Gobi ha sido una zona de frontera: tanto física (entre pueblos nómadas y sedentarios) como simbólica. Durante siglos, fue una de las rutas clave de la antigua Ruta de la Seda, pero también un espacio temido por su inhóspita naturaleza. En el imaginario chino, el Gobi representa el margen del mundo civilizado, un territorio donde se exilia a los parias, donde reina la ley del más fuerte y donde la naturaleza impone silencio.

Por otro lado, las Olimpiadas de Pekín 2008 aparecen como telón de fondo ideológico: una obra de modernización nacional que contrasta fuertemente con los pueblos abandonados por la misma ola de progreso. Esa dicotomía entre relumbre global y desolación local refuerza el tono crítico y reflexivo del film

Las Olimpiadas de Pekín 2008 fueron un momento crucial en la historia reciente de China. Celebradas del 8 al 24 de agosto de 2008, marcaron la entrada simbólica de China en el escenario global como superpotencia moderna. Con una inversión estimada de más de 40.000 millones de dólares, China no solo construyó infraestructuras icónicas como el Nido de Pájaro (el Estadio Nacional de Pekín), sino que también impulsó proyectos de limpieza urbana, reubicación masiva de poblaciones y control estricto de la imagen pública.

En términos de narrativa estatal, los Juegos representaron el ideal de una nación fuerte, cohesionada y avanzada tecnológicamente. Pero esa cara brillante contrastaba con el efecto de ciertas decisiones sobre la población: la marginalización de zonas rurales, el aumento del control sobre los medios y la sociedad civil, y la persistente desigualdad entre las zonas urbanas y las provincias del interior.

Black Dog, al desarrollarse justo en ese contexto, plantea un contraste elocuente. Mientras el país se prepara para mostrar al mundo su mejor rostro, Lang vuelve a un pueblo polvoriento y abandonado, donde el principal problema son los perros callejeros y la miseria silenciosa. La campaña de erradicación de perros, a la que Lang se ve vinculado, puede leerse como una metáfora de ese deseo estatal de “limpiar” todo lo que incomoda antes del gran escaparate global.

Así, las Olimpiadas no son un tema principal, pero su sombra simbólica atraviesa toda la película. Nos recuerdan que todo proyecto de modernización tiene un precio, y que siempre hay vidas (humanas y animales) que quedan fuera del encuadre oficial.

Como curiosidad, la ceremonia de inauguración de Pekín 2008 (celebrada el 8/8/08, fecha elegida no por casualidad en un país donde el 8 representa la buena suerte), que aparece brevemente en Black Dog, tuvo como director artístico al cineasta Zhang Yimou, de quien hemos hablado ampliamente en este blog. Aquí podéis ver uno de los momentos más icónicos de la ceremonia:


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