Historias del Viejo Pekín

城南舊事 Chengnan Jiushi

Lin Haiyin, 1960


¿De qué va?

Se trata de una colección de relatos nostálgicos que retratan la vida cotidiana en Pekín durante los años 1920 y 1930, vista a través de los ojos de una niña. La autora evoca con detalle el ambiente tradicional de los hutongs (callejones), los personajes del vecindario y las costumbres de la época, ofreciendo una mirada nostálgica a un Pekín ya lejano.

Por qué leerlo

El libro, dividido en cinco relatos, ofrece una visión íntima y detallada del Pekín de principios del siglo XX, mostrando costumbres, valores y modos de vida tradicionales desaparecidos. Además, la narración desde el punto de vista de una niña aporta inocencia, sensibilidad y una mirada sincera sobre el mundo que la rodea.

Historias del Viejo Pekín es una obra fundamental de la literatura china moderna, recomendada para quienes deseen comprender mejor la cultura china desde una perspectiva personal y emocional. El libro fue seleccionado como una de las cien mejores novelas chinas del siglo XX por la revista Asia Weekly.

Saber más sobre el libro

Historias del Viejo Pekín, cuyo título original sería algo más parecido a Historias del sur de la ciudad, fue publicado en 1960, 12 años después de que su autora dejase de vivir en Pekín.

Nacida en Japón en 1918, hija de padre hakka y madre taiwanesa, Lin vivió en Taipéi hasta los cuatro años y se mudó con su familia a Pekín en 1923, donde estudió y trabajó como periodista y editora. En 1948, Lin y su esposo siguieron al gobierno nacionalista que se trasladaba a Taiwán después de la Segunda Guerra Mundial, y al año siguiente comenzó a trabajar como editora en el periódico Mandarin Daily News. En 1955 publicó su primera colección de textos en prosa, El acebo, y en los siguientes años publicó con novelas como Xiaoyun, relatos como Historias de Matrimonio, y numerosas publicaciones de literatura infantil.

Historias del Viejo Pekín es una obra enormemente popular en el mundo de habla china y fue llevada al cine con gran éxito en 1983.


Para conocer más

El Pekín de los años 20 y 30 del siglo XX fue una ciudad en transición, marcada por el contraste entre la tradición imperial y los vientos de modernización y cambio político que recorrían China.

Pekín (entonces también llamada Beiping por períodos) había sido la capital imperial durante siglos, pero tras la caída de la dinastía Qing en 1912, el país entró en una era de gran inestabilidad.

En los años 20 la República de China ya se había establecido, pero el país estaba dividido en territorios controlados por señores de la guerra. Pekín era uno de los centros políticos bajo el dominio de distintas facciones militares.

La ciudad seguía siendo un importante centro cultural y educativo, con universidades como la Universidad de Pekín donde surgieron movimientos modernizadores, como el Movimiento del 4 de mayo (1919), que promovía la ciencia, la democracia y la reforma literaria.

Fue una época de choque entre lo antiguo y lo nuevo: los textos clásicos convivían con traducciones de literatura occidental, y se debatía sobre el papel de la mujer, la tradición confuciana y la necesidad de cambio social.

La ciudad estaba dominada por hutongs (callejones tradicionales) y siheyuan (casas con patio), donde vivían tanto familias aristocráticas como trabajadores y comerciantes. La vestimenta aún era tradicional (túnicas largas, trenzas en los hombres hasta principios de la década), pero ya se empezaban a ver signos de occidentalización en la moda urbana.

Este Pekín es precisamente el que se retrata en Historias del Viejo Pekín de Lin Haiyin: un mundo que combina inocencia infantil, costumbres antiguas y la sombra de los cambios históricos.

En este video podéis ver unas imágenes del Pekín de finales de los años 20:


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